Historias de la mili. La ropa de la gimnasia.
Era de Badajoz. No recuerdo sus apellidos. Estaba yo de cabo primero de semana. Habíamos comido y después de un pequeño descanso, los artilleros estaban limpiando los CETMES en la batería. A las cinco, creo, que ya la memoria me falla, teníamos gimnasia.
Yo paseaba por la batería mientras cada cual estaba a su tarea, pero me di cuenta de que uno de los artilleros estaba llorando. No a moco tendido, lo hacía en silencio. Me acerqué y le pregunté si le ocurría algo. Me dijo que se había dejado la ropa de gimnasia, que se había llevado para lavarla, en su casa al haber ido de fin de semana. Que había llamado a su madre y que se la había enviado por correo, pero que llegaba mañana y no tenía ropa para ponerse y que le iban a arrestar y no iba a poder volver a su casa otro fin de semana.
Le pregunté que quién le iba a arrestar. Me dijo, mirándome con cara de sorpresa y vergüenza: usted. ¿Y tú crees que yo puedo arrestar a alguien por un olvida de ropa? Si te hubieras olvidado el arma, vale, pero ¿ropa? No la has perdido, la vas a tener mañana. Que es verdad que hay que cuidar nuestras cosas, pero que le puede pasar a cualquiera. Sí, le volví a decir, te puedo arrestar por llorar aquí delante por si alguien te ve. Porque no todo el mundo entiende que un soldado llore y se pueden reír de ti y hacerte el resto de la mili imposible.
Pero no tengo la ropa y la gimnasia es dentro de una hora ¿qué voy a hacer? Tranquilo, le dije, en el cuarto de los cabos primero yo tengo ropa de gimnasia, además, yo voy a seguir vestido de faena porque estoy de servicio. Te pones la mía, que a ver cómo te queda, aunque éramos parecidos de cuerpo, y asunto terminado.
Eso hice, se puso mi ropa y al día siguiente me la devolvió y me enseñó el paquete que le había enviado su madre.
Ni que decir tiene que me gané a uno de los mejores amigos y más fieles de la mili, pero cuando me licencié le perdí la pista, es que no me acuerdo de sus apellidos y no puedo buscarle. ¿Qué habrá sido de él? Es la pregunta que me hago cada vez que poniendo en orden mis recuerdos de la mili, aparecen personas que desaparecieron con la licencia.
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