Historias de la mili. El desconchón

Historias de la mili. El desconchón

Esto sucedió el dos de julio de 1983, sábado. Lo sé exactamente porque ocurrió justo el día antes de mi jura de bandera en el CIR 4, en Obejo (Córdoba).

Ese día andábamos todos nerviosos por la jura y porque nos íbamos a casa quince días de permiso hasta que comenzáramos nuestra nueva vida militar, ya como soldados y no como reclutas, en nuestros respectivos destinos.

Pero siempre pasan cosas que nadie puede prever. En nuestra camareta, de la que ya no recuerdo exactamente cuantas literas había, creo que éramos doce reclutas. Cuatro literas de tres camas. El caso es que no sé cómo, uno de ellos hizo un desconchón en la pared. Se veía el cemento. Encima en un lugar totalmente visible. Eso nos podía costar un arresto porque no sabíamos quién había sido. Sabíamos que tenía que ser uno de nosotros pero tampoco nadie quería ser un chivato acusando a un compañero. Ya nos veíamos jurando bandera y quedándonos allí arrestados sin permiso.

Pero uno de nosotros se lo dijo a otro compañero de otra camareta y tuvo una idea. Con papel higiénico hizo una pasta con agua y la pegó en el desconchón, y con típex, el corrector de las máquinas de escribir pintó el papel de blanco. Aquello quedó hecho un churro. Pero poco a poco se fue secando y quedándose blanco. Al otro día no se notaba nada, a no ser que te acercaras.

Yo no fui ni a desayunar por miedo a mancharme en el comedor. Así que juré bandera con un zumo que me tomé que tenía en la taquilla.

Terminó la jura y entramos a recoger nuestras cosas. El caso es que nadie se dio cuenta del desconchón. Supongo que se darían cuenta después pero ya nos habíamos ido. Siempre me he quedado con la intriga de qué pasaría con aquél desconchón. En fin. Cosas de la mili.

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